The Declaration of Independence of The United States of America

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos

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Capítulo 1

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los lazos políticos que le han unido con otro

y asumir entre los poderes de la tierra, el rango separado é igual, para el cual lo habilitan las leyes de la naturaleza y de su Autor;

un respeto decente por la opinion del género humano requiere que ellos declaren las causas que le impelen a la separación.

Nosotros creemos ser evidente en sí mismo, que todos los hombres nacen iguales y dotados por su Criador de ciertos derechos inagenables:

que entre estos son los principales la seguridad de la libertad y la vida, que constituyen la humana felicidad.

que para asegurar estos derechos se instituyeron entre los hombres los gobiernos, derivando sus justos poderes del consentimiento de los pueblos:

que siempre que cualquiera forma de gobierno se haga destructiva de estos fines, toca al derecho imprescriptible de la sociedad cambiarlo o abolirlo

y establecer otro nuevo, zanjando sus fundamentos sobre aquellos principios, y organizando sus poderes de la manera que juzgue mas conducente para el efecto de su seguridad y felicidad.

La prudencia, ciertamente, dicta que los gobiernos establecidos no varían por causas ligeras y transitorias;

y en concordancia con lo que la experiencia ha mostrado, que el género humano está mas dispuesto a sufrir, mientras los males sean soportables, que a hacerse justicia aboliendo la forma del gobierno a la que ha estado acostumbrado.

Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, continuando invariablemente al mismo fin, hace patente ser el designio de los gobernantes, oprimir al pueblo con absoluto despotismo;

toca al derecho de este y es su deber, el desechar un gobierno semejante y proveer nuevas salvaguardias para su seguridad futura.

Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las compele a alterar su antiguo sistema.

La historia del presente Rey de la Gran-Bretaña, es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, cuyo objeto principal es y ha sido el establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos Estados.

Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial.

Él ha reusado asentir a las leyes mas convenientes y necesarias al bien público de estas colonias,

Él ha prohibido a sus gobernadores sancionar aún aquellas que eran de inmediata y urgente necesidad, a menos que se suspendiese su ejecución hasta obtener su consentimiento,

y estando asi suspendidas, las ha desatendido enteramente.

Ha reprobado las providencias dictadas para la reparticion de distritos de los pueblos,

exigiendo violentamente que estos renunciasen el derecho de representación en sus legislaturas, derecho inestimable para ellos, y formidable sólo para los tiranos.

Ha convocado cuerpos legislativos fuera de los lugares acostumbrados, y en sitios distantes del depósito de sus registros públicos, con el único fin de molestarlos hasta obligarlos a convenir con sus medidas,

Ha disuelto las salas de representantes por oponerse firme y valerosamente a las inovaciones proyectadas contra los derechos del pueblo,

Se ha reusado, por ya largo tiempo, después de aquellas disoluciones a que se eligiesen otros, por lo que los poderes legislativos incapaces de aniquilación han recaído sobre el pueblo para su ejercicio,

quedando el estado entre tanto, espuesto á todo el peligro de una invasion esterior y de convulsiones internas.

Se ha esforzado en estorbar los progresos de la población en estos estados, obstruyendo a este fin las leyes para la naturalización de los extranjeros,

reusando sancionar otras para promover su establecimiento en ellos, y elevando las difucultades en las condiciones de la Apropiación de tierras.

En el órden judical ha obstruido la administración de justicia, oponiéndose a las leyes necesarias para consolidar la autoridad de los tribunales,

He hecho que jueces que dependen solamente de su voluntad, por recibir de él el nombramiento de sus empleos y pago de sus sueldos,

Ha erejido multiples Nuevas Oficinas y ha enviado olas de nuevos oficiales para oprimir a nuestro pueblo y empobrecerlo con sus estafas y rapiñas.

Ha atentado a la libertad civil de los ciudadanos, manteniendo tropas armadas en tiempo de paz, sin el consentimiento de nuestra legislatura:

He procurando hacer al poder militar independiente, y por ende, no supeditado al poder civil:

Se ha combinando con otros, con el fin de sujetarnos a una jurisdicción extraña a nuestras leyes y no reconocida por nuestra constitución:

Por acuartelar grandes cuerpos de tropas armadas entre nosotros.

Por protegerlos, a través de un juicio simulado, de castigo por los asesinatos que pudiesen cometer sobre los habitantes de estos Estados.

Por cortar nuestro comercio con el resto del mundo.

Por imponer impuestos sin nuestro consentimiento.

Por privarnos, en muchos casos, del derecho a un juicio justo.

Por llevarnos a tierras lejanas para ser castigados por la supuestas ofenzas cometidas.

aboliendo el libre sistema de la ley inglesa en una provincia confinante: estableciendo un gobierno arbitrario,

y extendiendo sus límites, como para que se considere a la vez un ejemplo y un instrumento adecuado para introducir el mismo gobierno absoluto en estas colonias.

alterando fundamentalmente las formas de nuestros gobiernos y nuestras propias legislaturas

y declarándose el mismo investido con el poder de dictar leyes para nosotros en todos los casos, cualesquiera que fuesen.

Ha abdicado el derecho que tenía para gobernarnos, declarándonos la guerra y poniéndonos fuera de su protección:

haciendo el pillaje en nuestros mares; asolando nuestras costas; quitando la vida a nuestros conciudadanos

Ha compelido a nuestros conciudadanos hechos prisioneros en alta mar a llevar armas contra su patria, constituyéndose en verdugos de sus amigos y hermanos o a caer ellos mismos por sus manos.

Ha excitado insurrecciones domésticas y se ha esforzado en provocar a los habitantes de nuestras fronteras,

los inmisericordes indios salvajes, cuya conocida regla de guerra es una destrucción sin distinción de edad, sexo y condición.

A cada grado de estas opresiones hemos suplicado por la reforma en los términos más humildes;

nuestras súplicas han sido contestadas con repetidas injurias. Un príncipe cuyo carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano, no es apto para ser el gobernador de un pueblo libre.

Tampoco hemos faltado a la consideración debida hacia nuestros hermanos los habitantes de la Gran Bretaña;

les hemos advertido de tiempo en tiempo del atentado cometido por su legislatura en extender una ilegítima jurisdicción sobre las nuestras.

Les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigración y establecimiento en estos países; hemos apelado a su natural justicia y magnanimidad,

conjurándolos por los vínculos de nuestro origen común a renunciar a esas usurpaciones que inevitablemente acabarían por interrumpir nuestra correspondencia y conexiones.

También se han mostrado sordos a la voz de la justicia y consanguinidad.

Debemos, por tanto, someternos a la necesidad que anuncia nuestra separación, y tratarlos como al resto del género humano: enemigos en la guerra y amigos en la paz.

Por tanto, nosotros, los representantes de los Estados Unidos,

reunidos en Congreso General, apelando al juez supremo del universo, por la rectitud de nuestras intenciones, y

en el nombre y con la autoridad del pueblo de estas colonias, publicamos y declaramos lo presente: que estas colonias son,

y por derecho deben ser, estados libres e independientes;

que están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona británica: que toda conexión política entre ellas y el estado de la Gran Bretaña, es y debe ser totalmente disuelta,

y que como estados libres e independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concluir la paz, contraer alianzas, establecer comercio y hacer todos los otros actos que los estados independientes pueden por derecho efectuar.

Así que, para sostener esta declaración con una firme confianza en la protección divina, nosotros empeñamos mutuamente nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado honor.