The Sound Of Silence

El ruido del silencìo

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Despreocupación

Ferenc tocaba una bajotuba, desde ocho anos. Mañana habría sido el gran día. A la edad de diez y ocho años, estaba a punto de tocar en el Teatro De La Obra de Budapest.

Aún si todavía percibía la ignorancia de su familia para su pasión por la musica.

Cada cosa que fuera diferente de los cánones familiares, la consideraban mala, muchas veces sin una razón particular.

Pero Ferenc era un chicho que no respondía. Pensaba que no escuchar fuera la mejor solución.

Su padre era un businessman. Trabajaba frecuentemente en el extranjero. Siempre el decía a Ference que el tenía que procurarse un trabajo, quízas en el ámbito de la economía.

Su madre siempre estaba nerviosa. Cuando él tocaba, ella entraba en su habitación, y levantaba las partituras a Ferenc. Él no soportaba su actitud y tampoco la entendía.

Nunca reaccionaba, cabizbajo esperaba que su madre saliese de la habitación, y luego volvía a buscar los papeles que su madre había puesto debajo la almohada volviendo a su música.

Él no podía permitirse un mínimo de deconcentración. Tocaba en un jóven y promitente ensemble de la capitál. El resto le parecía inútil.

Pensamientos

Ferenc solía retirarse sobre una colina detrás Visegrad, su pequeña ciudad. Un colladito desde donde apenas llegaba a ver Budapest.

La ciudad llena de esperanzas, aquel lugar idílico donde él había siempre esperado encontrar su camino.

No que no le gustara su hogar, sino que no tenía el estilo de vida de Budapest. Él se sentía cansado de eso.

Budapest, el lugar donde todo era posible, también el sueño más dificil para cumplir.

Desde hace Ferenc era un chiquillo, había siempre soñado de vivir allá. Cuando tenía siete años, él visitó Budapest por primera véz con su familia.

Nunca pudo olvidar su primer concierto Jazz al Teatro De La Obra. A partir de ese momento cogió su bajotuba y jamás lo dejó.

Era más que un simple instrumento. Tocar la bajotuba era tan necesário como respirar.

Ferenc no deseaba nada más, quería solamente tocar en el Teatro De La Obra de Budapest.

Mientras desgajaba briznas de hierba en aquella pequeña calva, Ferenc vió un hombre de pelo canoso que iba subiendo por un sendero cercano.

El viejo posó su carretilla llena de hierbazas, se quitó su sombrerito y se sentó en la sombra de un árbol, a su lado.

"Tu madre me ha hablado de ti, chico.". Lo abordó una voz profunda. Ferenc sorprendido se preguntó como podía conocer su nombre.

El Viejo

Ferenc contempló el viejo avergonzado, quedandose silencioso, en seguida el hombre volvió a hablar.

"Yo también tenía sueño. Expectativas. Cuando era pequeño era un pugilista. Desde hace diez y ocho años, practicaba todos los dias. Iba a la escuela por la mañana y practicaba a la tarde.

"Descuidaba todo para irme al gimnasio. Escuela, familia y amigos también. Mi madre empezó a lamentarse porqué no solía estudiar. Pero yo tenía otras cosas a las cuales pensar.

"Muy temprano dejé de asistir a las clases. Llegué a la decisión de abandonarla. Empezé a trabajar con mi padre en estos campos, practicando en el tiempo que me sobraba.

"Por suerte, mi padre respetó mi elección. Él era jugador de ténis. Sin embargo, no tuvo la posibilidad de aprovechar de su talento. Cuando él era adolescente era diferente, tenías que trabajar si querías sobrevivir.

"Permanecía en los campos trabajando por la mañana, y por la tarde solía practicar, a veces por la noche también. Era acostumbrado a ir a la cama temprano, nos teníamos que madrugar.

"Mi entreinador era muy asustado por mi constancia. Nunca había visto tanta determinación en practicar.

"Mis amigos estaban decepcionados muy a menudo porqué no tenía tiempo para salir con ellos. Al principio me hacía enloquecer, pero al mismo tiempo no hacía falta. Con mi pasión podía ignorar todo lo demás.

"Empezé a participar a competiciones locales, frecuentemente con buen resultado. Comencé a creer, a creer que boxear podría haber sido mi vida.

"En particular cuando, a diez y ocho años, tuve la ocasión de particitpar en un torneo nacional. Perdí en la semifinal pero había llegado al podio.

"Mi padre era orgulloso de mi, sin embargo no pasaba lo mismo con mis otros familiares. Yo seguía evitando todo, dedicándome solamente a mi pasión.

"Casi nunca era a mi casa, a menudo comía afuera de casa por regresar a practicar, solía verme con mis amigos solo ocasionalmente y nuestras conversacciones eran flojas.

""En aquel momiento, yo estaba bien. El boxeo ocupaba gran parte de mi vida. Luego el podio, un seleccionador me notó.

"Uno de esos chichos que se te acercan y dicen "¡Tu eres un gran talento! Quieres entrar en nuestro equipo? ¡Podemos ofrecerte un contracto muy interesante!"

"Era mi ocasión. Entonces dejé de trabajar con mi padre y decidí concentrarme solamente en el boxeo, en todo y por todo.

"Mi padre aceptó mi decisión. Después de todo, hacer de una pasión una profesión era su sueño tambien. Mi madre estaba fuera de control.

" '¿Estas loco? ¡Donde crees que te pueda traer ese estupido deporte!". Era muy severa. Su actitud me afligía mucho.

"Me mudé a Haskovo, 1000 kilómetros desde Budapest. En casa, no obstante, la situación era insoportable. Mi padre me escribía letras muy a menudo, contaba que era más difícil que nunca soportar a mi madre.

"Me puse en seguida a prepararme por la siguiente competición internacionál en Varna, Bulgaria. El equipe era muy amigable y los entreinador eran grandiosos.

"Empezé a viajar, a pesar de todas las competiciones profesionales. Eso era lo que quería hacer en mi vida.

"Era felíz. Entonces contacté mis amigos después de mucho tiempo, les decía que quería verlos.

Pero ellos eran muy distantes. Tanto fisicamente como emocionalmente. Me dí cuenta que ellos tenían vidas muy diferentes, totalmente diferentes de la mía. Parecía que no tenía nada más en común con ellos.

"Me sentía triste por eso, había elegido un camino, a fin de cuentas. No me arrepentía de mi decisión.

"Sin embargo, el torneo internacionál no fue bien. Gané la primera fase, pero perdí a los preliminares.

"El talent scout no era satisfecho. Volví a Haskovo y en seguida recibí la mala noticia: Me despidieron del equipo.

"Me sentía desagotado. Cada expectativa fue destruida. De repente sentía un profundo hueco en mi interior. Mi sueño estaba desvaneciendo.

"Regresé a mi casa. Mi padre me consoló. Mi madre no tenía palabras. Por semanas.

"Volver a casa después de aquellas experiencias me destruyó. Casi caí en una profunda depresión. No hice nada por meses, cerrado en mi casa, donde se escuchaba un silencío inquieto.

"A pesar de todo, no abandoné el boxeo completamente, aunque no creía en aquel deporte como antes. Volví a competir después de tres-cuatros meses, pero nunca al mismo nivél.

"Al mismo tiempo regresé también a trabajar en los campos con mi padre. Volví a salir con mis amigos. Ahora que no tenía preocupaciones podía dedicarme a ellos también. Mi madre volvió a hablarme.

"Por un lado, viví un sueño que tenía desde hace siempre, pero no lo logré. Por otro lado, acepté aquella satisfación que las cosas pequeñas te pueden dar, y al final me hacía felíz.

"No tenía aquella locura fuera de control que el boxeo solía darme, pero a pesar de todo me sentía bien. Después todos lo que pasó, estaba bien así.

Siguió un siléncio muy largo. Ferenc estaba sin palabras. Y si mañana había sido un seleccionador?

El viejo se puso de pie y tomó su carretón. Antes de irse, le dijo "No ponerte demasiadas expectativas, ¡Tu felicidad depende solo de ti! Saludame tu madre por Rozen."

Rozen. Aquello era su nombre. Ferenc era estupefacto por esa historia. Después que Rozen se fue, Ferenc sacudió la cabeza y tomó la calle para regresar a casa.

Ensayo

Ferenc corrió afuera de casa sín saludar. Eran las ocho, estaba andando al ensayo de la semana. El último ensayo. Se fue con tiempo, trentas minutos antés, como siempre.

Entró por la puerta trasera del teatro. No había nadie. El palco era grandísimo, dispuesto sobre tres plataformas, se extendía verticalmente por aproximadamente séis pies.

Él estaba inmóvil y disfrutaba aquella silenciosa atmosfera. Después de unos minutos, se arregló con su bajo tuba. Puso las partituras sobre su podio personal y empezó a tocar.

En el medio de la canción llegó el director de orquestra. Ferenc ni se dio cuenta, el hombre se quedó mirando los virtuosismos de Ferec escuchando satisfecho.

Cerca del director llegó también el conserje del teatro, que paró de limpiar el suelo por un momento.

"Magnifico" dijo el director, moviendo su cabeza incredulo. El conserje hacía lo mismo, sonriendo, mientras se ponía a limpiar de nuevo.

Poco a poco los componentes del ensemble llegaron, acercandose silenciosamente cerca del director, observando Ferenc tocar.

Cuando la canción terminó, Ferenc recibió un montón de aplausos desde sus compañeros, que sonrieron y le palmearon los hombros.

Ferenc era eufórico. La canción fue tocada continuamente, pero estaba perfecta ya. El director estaba tan satisfecho que solamento dijo "excelente", evitando de expresar comentos cínicos.

Estaban a punto de salir cuando un hombre elegante, llegó para complimentarse con Ferenc. "Te ví antes practicando, tienes un talento natural, chicho!"

Ferenc sonrió ligeramente, soprendido de que había alguien en el teatro además de él, el inserviente y el ensemble. El hombre elegante no paraba de hablar, siguiendo Ferec obsesivamente hasta la parada del autobús.

"..Porqué nosotros necesitamos talentos como ti! El ensemble que toca en nuestro programa de televisión es uno de los mejores en Hungría, nosotros querríamos que entraras en nuestro ensemble! Muchos son los chichos que..."

Ferenc empezó a sentir algo como un flujo de aria que paralizó su estómago. "Vale, s-si, podría ser grandioso...puede ser una buena i-idea...", tartamudeó él, ya tenia miedo por aquel hombre seguro de sí mismo.

"¡Grandioso, entonces nos vemos mañana! deja una huella, yo creo en ti". Dijo el hombre, parpadeando a Ferenc, dejandole una tarjeta de presentación.

No estaba solo a punto de tocar con un promitente y jóven ensemble en el Teatro de la Obra de Budapest, ahora Ferenc acababa de recibir una propuesta inesperada.

En aquel momento, Ferenc sintío la presión que salía más que nunca. Las expectativas empezaron a ser muy altas. La única cosa que tenía en su cabeza en aquel momento era una frase clara: "Tu no puedes fallar".

Dorottya

Ferenc se sentó en el fondo del autobús. Estaba aturdido por lo que sucedió. Antes, una standing ovation, luego una propuesta de tocar en television.

No sabía come debería sentirse. ¿Disfrutar de las buenas noticias o no podía dejarse llevar por la euforia? En el bus estaba también Dorottya, una de las violinistas, que se sentó cerca de él.

"Hey, ¿podemos decir que estamos listos no?" dijo ella que sonrió arreglandose el pelo. "S-si, E-estamos listo", dijo Ferenc, balbuceando.

"Vale, no tengo dudas de que lo vamos a lograr. 'Patetique' es una canción que ya estudié hace unos años. Además son muchos años que toco Tchaikovsky. ¡Nos saldrá perfectamente!"

Dorottya siguió hablando unos minutos, pero se interrumpió al ver que Ferenc parecía como asustado, él solamente cabeceó sin decir nada. "Hey, ¿Todo bien? Pareces nervioso.", dijo ella.

"¡OH! N-no, ¿Que pasa? Tengo solamente un torticolís, sabes hoy toqué mucho, después algunos ratos el instrumento es pesado, eheh.." Ferenc empezó a enrojecer tremendamente.

Él no quería hablar sobre lo que sucedió. Solo por una razón de orgullo. Sin embargo, empezó a sentir una gran presión.

El podría haber dicho algo a alguien, ma no pudo hacer. Entonces el decidió de no decir nada de eso.

Dorottya salió del bus, saludando Ferenc con aria de perplejidad. Apenas ella salió, Ferenc respiró profundamente.

'Demasiados acontecimientos' pensó él. También Dorottya había influido en su estado de ánimo.

Hace mucho mucho tiempo estaba encaprichado por ella. Pero él no nunca habia creido que podía funcionar.

Continuamente, temía que su introversión chocara con la personalidad extrovertida y alegre de ella no podía funcionar.

Intentó no pensar más en eso y solo concentrarse sobre lo que lo esperaba el día siguiente, el gran día.

Dedos Temblorosos

Ferenc estaba a punto de entrar con su jóven ensemble en aquel enorme palco de el Teatro de la Obra. Era agotado. Los dedos de Ferenc empezaron a temblar.

"Vas a ir bien, verás", murmurío Johnny, un simpático y gordito tocador de fagoto.

Entraron. Aplausos. El ensemble se arregló. Pequeños momientos de silencio. El director era listo. También el ensemble. Silencio de la platea. La canción empezó.

Todo iba sobre las dulces notas de Tchaikovsky, cuando, repentinamente se sintió un ruido brusco. La bajo tuba caí desde las manos de Ferenc. El miró Johnny fijamente, y cogió la bajo tuba.

La canción continuó. El ensemble continuó a tocar sín considerar lo que sucedió. Per Ferenc no tocaba más. El vió el hombre elegante y atrevido que conoció al ensayo que estaba saliendo. Ferenc era inmóvil con su bajo tuba.

La canción terminó. Antes algunos segundos de silencio, después se sentían aplausos mediocres.

El ensemble se retiró detrás del escenario lentamente y bastante avergonsado. Ferenc tocó solamente mitad canción.

Detrás del escenario, el director explotó. "¿Que pasé? ¿Eras patosos o que? ", dijo el con un sarcasmo seco.

Johnny y Ferenc se miraron, conscientes que la canción era terminada. También sus posibilidades eran derrumbadas.

Nada Que Perder

Se sintiò en un cuarto oscuro. Silencio. El único ruido que percebía era su respiro pesante de diafragma. No había ecos de la performance en su orejas, solamente un silencio templado.

No lúz, no musica. Nada mas que el, solo en un cuarto oscuro. Solo silencio. Pero, después de todo, ¿Necesitaba de otras cosas?

'¿Porqué necesito otro?' Se preguntó.

'¿Porqué buscar respuestas en notas musicales cuando puedo alcanzar un silencio así pacifico?'. El no sabía responderse.

Parecía que no había nada mas que perder, desde ahora. El fue lleno de expectativas, muchas de aquellas nada alcanzadas. Un sueño que desaparecía, una realidad que estaba a punto de encontrar.

"¡Que golpe sobre el palco! Fue majo, a pesar de eso". Dijo Johnny, improvisamente entrando. Después un rato, ellos empezaron a reír como si fueron borrachos.

Johnn pudo su gran brazo sobre los hombros de Ferenc. "Mañana el jornal será algo como 'la caía de la bajo tuba' o 'el musicista desmañado'", dijo Johnny con sarcasmo.

Ellos se la reían al punto de llorar. No le importaba mas de el exito de la performance.

Johnny salío, imitando la caída de la bajo tuba de su manos. Mientras Ferenc reía más que nunca, entró Dorottya.

Johnny miró ellos, después se fue de puntillas. Ella puso su violino en la custodia y se sintió cerca de el

"Sabes, una véz me sucedió algo simil a eso. No fue yo, ¡sino el director! Bueno, nos eramos en un teatro pequeño en mi país..."

"Pues, es consolatorio eh..", respondió Ferenc. Dorottya se sentía incómoda por eso. "N-no, estaba dijendo que.. no tenía que preocuparte... después nos continuamos y... "

"Callate, no hace falta. Todo es terminado.", el la interrumpió. "No necesito consolaciones". Dorottya se ofendío y se levantó. Pero Ferenc tomó su brazo. "Espera un rato, no salir."

"Es aprezable, a pesar de todo. Es solo que ahora no tengo nada que perder. Aposté todo, no hay otras cosas. Me siento, como, sin pesos."

Dorottya no entendió. Ella sonreí solamente. "Es bueno que tu te sienta bien con ti mismo. Veo que tu eres más relaxado que antes. ¡Ayer tu no movia ni un pelo!" dijo ella.

"Bueno, fue muy preocupado. Tienes que saber que lo había esperado desde mucho. Ahora que todo es terminado, me siento relaxado en cada tipo de situacción. Como se no tenía cosa a que pensar."

"Es come se pudiera tener placer a hablar con las personas y divertirme con ellas. Por ejemplo, me siento bien a hablar contigo."

Dorottya lo fijó. "Pues, ¿ahora te pones romantico? poniendo su mano sobre su espalda. "No, estoy diciendo que me hace sentir bien...", dijo el, fijandola en los ojos.

Dorottya, tambíen sorprendida de su comportamiento, enrojó un poco. Improvisamente, ella no tenía palabras.

Luego Ferenc la besó, sonrió y se levantó. "Eschucame, antes de el buffet post-concierto, podríamos tomar un café, si quieres.". Después, el salí.

Apenas la porta se cierró, Dorottya vaciló, y luego se fue fuera de aquel cuarto. Ella encontró Ferenc en la hall y tomo el por su brazo.

Esta vez era ella que lo besaba, por algunos minutos. Pero no vieron que eran observados de el ensemble que era en la sala en frente.

Un grito de pitos y rachas se sintió. Ambos se separaron enrojecendo. Luego Ferenc encontró Johnny improvisamente. "¿Sabes que? La proxima vec hago caer my fagoto." Dijo sonriendo a Ferenc.

Ambos se fueron fuera del teatro y Johnny dijo una cosa inesperada. "¿No había sentido? ¡Hemos contactados por tocar en Varsavia! Bueno, no es el Teatro de la Obra pero ¡irémos en Polonia!"

Ferenc pensó a quien podía ser el loco que quería un ensemble que hacía caer los strumentos de mano.

Luego Ferenc vió el hombre calvo y elegante, que parpadeó su ojo, y se fue. Quizás la performance no fue mala, después de la caida de la bajo tuba.

Lo que golpeó Ferenc en aquel momiento, cambió todos los puntos de vista. Lo que esperaba no era alcanzar un objetivo. No tenía otras expectativas ya.

En el final, Ferenc prefería la tranquilidad. Por fin, el empezó a comprender que esa era el única manera per vivir en paz, sin seguir constantemente una expectativas, sin fijar su vida en un sueño.

No tenía una propuesta de tocar en tv. No hice una performance perfecta. Sin embargo, su ensemble iba a tocar en Polonia y, además, el demostró a Dorottya quién era el en verdad.

Había llegado a sentir un estado mental que podia darle todo lo que necesitaba, sin darse cuenta de eso. La musica era importante, era en su espirito. Sin embargo, ahora era libre.

Entonces se acordió de las palabras de Rozen's, el viejo y sabio hombre. El tenía razón, evitar expectativas habría sido dificíl, pero era la dirección correcta, la dirección para alcanzar el silencio.

La unica cosa que quería escuchar en aquel momiento era solo una cosa, el ruido del silencio.